Estando un dia en el BAÑO, mi Príncipe se hacia mayor y queria enjabonarse solito, por supuesto le dije que si, pero al ver que solo queria jugar, le empece a decir las partes del cuerpo que debia ir enjabonandose, el pecho, los brazos, las manos, los "sobaquillos", el CUELLO, las piernas, los pies, el culillo... el momento del baño lo convertimos en un juego de aprender el cuerpo.
A mi me encantó que mi niño quiera valerse por si mismo, pero a la vez me dió muchísima pena, porque dejaba de ser mi bebé para convertirse en mi hombrecito. Esa FLECHA me atraveso el corazon, como si de una puñalada se tratara, esos dos sentimientos tan distintos -amor y pena- los sentí al unisono y entonces es cuando nos damos cuenta que el tiempo pasa deprisa, por eso hay que disfrutar el presente, porque es un regalo...
Qué razón tienes! Creo que tu relato lo hemos pasado más de una, yo por lo menos! Y cómo este sentimiento ocurre de pronto y piensas que no es tan grande, y ya no te necesita tanto, snif, snif, jeje. Y no puedo estar más de acuerdo en lo de aprovechar al máximo el momento...bonito cuento! Feliz semana.
ResponderEliminarMi hija ya se baña sola y me pasa lo mismo, aprovecho para mirarla mientras hago cosas, pero me siento mal porque no depende de mi
ResponderEliminarBuf, qué gran verdad, esa mezcla de amor y pena que sentimos cuando les vemos crecer.
ResponderEliminarUn beso
Que duro es cuando se empiezan a hacer mayores. Tienes sentimientos encontrados. A mí me pasa igual.
ResponderEliminarRaquel
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Con mis hijas también lo hemos convertido en un momento de aprendizaje. Te dicen todas las partes del cuerpo en francés :p
ResponderEliminarPrecioso mensaje "el presente es un regalo". Verlos crecer a veces no nos alivia...
ResponderEliminarUn abrazo