lunes, 30 de mayo de 2016

El Destino de Paula 3

Pues como cada semana, aqui os traigo el capitulo 3. Espero que os este gustando la historia.




Capitulo 3:

El alcohol se me había subido bastante a la cabeza, la oscuridad no ayudaba y sin saber cómo, choque contra un muro, o eso me pareció a mí, hasta que sentí que unas manos fuertes agarrarme del brazo y la cintura. Casi me caigo de culo, si no llega a ser por…¡¡¡MADRE MIA!!! Cuando pude enfocar la vista me fije en que era ese chico de ojos verdes con el que baile antes. Note mis mejillas arder con rapidez, aunque con la oscuridad no se veía nada, menos mal.
-          Perdón, no te vi. – dije con la cabeza gacha, muerta de vergüenza.
-          No pasa nada gatita, una chica tan guapa como tú nunca molesta. – me susurro “ojitos verdes” al oído con esa voz tan grave y varonil.
En un milisegundo, paso su mano de mi brazo a mi nuca y ese escalofrío volvió, entreteniéndome para no darme cuenta que acerco peligrosamente sus labios a los míos hasta unirlos. << ¡¡OH DIOS MIO!! Me está besando >> pensé cuando conseguí caer en cuenta, quedándome petrificada, hasta que cerré los ojos y le respondía al beso relajándome y sintiendo toda esa electricidad recorrerme el cuerpo (otra vez). Creo que él también lo sintió porque me apretó más contra él.
Este roce son sus labios me hizo sentir que yo ya había besado estos labios.
“Ojitos verdes” empezó con un beso dulce, pero rápidamente se fue convirtiendo en un beso intenso y sensual, cruce mis manos por su cuello y lo atraje (si se puede) más a mí, paso su lengua por mi labio inferior invitándome a profundizar el beso y yo abrí mi boca dejando paso a ese baile de nuestras lenguas, que iba aumentando el calor en los dos. Nos separamos un poco para coger aire y “ojitos verdes” apoyo su frente en la mía. Con sus labios aun pegados al os míos dijo:
-          No sabes cuánto tiempo he esperado para volver a hacer esto.- yo…no supe que decir, me quede sin palabras y… - Mmmm, eh…perdóname pero necesito ir al baño. – le dije y salí corriendo en dirección a los aseos, dejándolo ahí solo.
Todo había sido muy intenso, demasiado, y además tenía la sensación de que esto ya había pasado, era como un dejavu.
Cuando llegue el baño de chicas, como no, había una cola enorme, y como siempre, parece que las mujeres nos ponemos de acuerdo para ir al mismo tiempo al baño, además de que siempre o casi siempre vamos de dos en dos.

Alguien me tiro del brazo tan fuerte que no pude reaccionar y con la poca iluminación del pasillo para el baño no podía ver quien era. Cuando fui a gritar, me tapo la boca con una mano, mientras con la otra note como abría una puerta, en la que creo ponía “privado” y nos introdujo dentro. Me asuste y mucho, no podía gritar, todo estaba oscuro y su respiración era demasiado intensa.
Mis ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad, me relaje un segundo y quien fuera que me cogió susurro en mi oído: - ssh gatita, no grites, no te pasara nada. –
Al escuchar su voz…<< es “ojitos verdes” >> pensé y me relaje casi del todo. Aun estuve un tiempo en tensión, porque no sabía que sería de mí, porque a pesar de haber conocido esa noche al chico de ojos verdes, sentía como si lo conociera de toda la vida.
Adecuo la luz para que se iluminara un poco la sala, lo suficiente para poder ver que era un despacho bastante grande. Había una mesa de madera oscura, un gran sillón detrás de la mesa y dos sillones más delante. A un costado de la estancia, un pequeño mueble bar con vasos, copas y bebidas y delante del mueble, un sofá con chaise longe, en color negro o marrón oscuro y una mesita de cristal pequeña al centro.
Después de dar un giro de casi 360º sobre mis talones, dirigí mi vista al chico de ojos verdes. Él se acercó a mí y me sujeto con una mano la cintura y con la otra por la nuca, acariciándome con el pulgar la mejilla. Acerco su boca a mi oído muy despacio y pude sentir su aliento sobre mi cuello cuando me dijo: - No puedo esperar más. –
Al escuchar su voz tan grave se me erizo la piel. Me beso. No pude resistirme y rodee su cuello con mis manos pegándolo más a mí.
Empezó a darme pequeños besos por la mejilla llegando hasta la oreja para después bajar por mi cuello, mi piel quemaba por donde él me iba tocando. Subió por el mentón hasta llegar a mi boca – Te deseo desde hace años. – susurro y volvió a besarme. El beso fue subiendo de intensidad, yo baje una de mis manos a su pecho, él me acaricio la espalda con una mano y la otra la dirigió a mi muslo desnudo, subiéndola por dentro del vestido hasta agarrarme el trasero.
No me lo podía creer, no sabía ni su nombre ni nada de ojitos verdes, pero no podía parar, algo dentro de mí me decía que esto era familiar, y todo mi cuerpo ardía de pasión. Le quite la chaqueta de un tirón y puse mis manos en su cintura para agarrarle el bajo de la camiseta. Se la subí hasta el pecho y él levanto los brazos para poder terminar de sacársela. Ojos verdes llevo sus manos a mi espalda y empezó a bajarme la cremallera del vestido hasta que éste cayó a mis pies por inercia. Agarre su cinturón y lo desabroche junto a su pantalón mientras él se quitaba los zapatos. Los dos estábamos muy excitados; no sé si era la borrachera o ver su miembro tan vivo, pero lo deseaba, necesitaba tenerlo dentro de mí. “Ojitos verdes” me agarro de la cintura y tuve un impulso no muy normal en mí, salte sobre él y rodee su cintura con mis piernas. Se sorprendió por mi arrebato y esta vez fui yo quien ataco su boca. Nos besamos desenfrenadamente, arduos en deseo y note como él se fue moviendo hacia el sofá, donde se sentó y yo quede a horcajadas sobre él. Se quitó su bóxer y me arranco mis braguitas de un tirón, todo sin dejar de besarnos apasionadamente. Note como empezó a entrar en mí agarrándome fuerte de la cadera, pero rápidamente yo empecé a marcar mi ritmo. Subía y bajaba despacio, para acomodarnos el uno a l otro y sentirlo bien dentro de mí y cuando ya mi cuerpo se adaptó a su envergadura empecé a aumentar la velocidad. Cuando ya estaba a punto de llegar al clímax, mis piernas empezaron a temblar de placer y ojitos verdes tomo el control de la situación agarrándome de la cadera e incrementando la velocidad un poco más para explotar los dos llegando al orgasmo juntos, él gritando mi nombre y yo con un jadeo. Me quede apoyada en su pecho, con la cabeza en el hueco de su cuello hasta que nuestras respiraciones se tranquilizaron y volvieron a la normalidad.
“Ojos verdes” se levantó del sofá, dejándome sentada con mucha delicadeza.
-          Gracias por todo Paula, no sabes cuánto he anhelado esto, ha sido un placer. Pero me tengo que ir, así que cuando salgas, solo cierra bien la puerta. – me dijo poniéndose la ropa, dejando un breve beso en mi frente de manera cariñosa y saliendo del despacho.

Al principio me quede en shock, pero… << ¿Qué he hecho? ¿Cómo hemos entrado aquí? Y se va así, sin más, que grosero. Un momento… ¿ha dicho mi nombre? ¡¡Ha gritado mi nombre!! Pero ¿Cómo lo sabe? Yo no se lo he dicho… ¿o sí? No, estoy segura que no, él también me habría dicho el suyo, entonces… y cuando… ¡¡¡OH DIOS MIO!!! Lo ha dicho, me llamo por mi nombre. Necesito saber quién es y todas las respuestas a mis preguntas… >> Cogí mi ropa, me vestí rápidamente y salí de ese despacho.

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