domingo, 5 de junio de 2016

El Destino de Paula 4

Como cada domingo, aqui esta el nuevo capitulo. Espero que os guste.








Caputilo 4
En la pista de baile no logre localizar a mis amigos y tampoco vi la cara del chico misterioso, así que decidí ir al reservado a por mí bolso para llamar a un taxi.
Allí estaban los tres bebiendo.
-          ¿Dónde te has metido Paula? – dijo Lucia enfadada, pero cambio rápido su cara cuando me vio bien. - ¡TU! Tú te has enrollado con alguien, ¿verdad? –
-          ¡Ay pillina! Que al final te has ligado al buenorro ese de los tatuajes ¿eh? – Luis siempre con su cara de haber triunfado conmigo.
-          Chicos basta, me estáis sacando los colores de la vergüenza, no hay nada que contar y estoy muy cansada ¿podemos irnos ya a casa? – si pongo cara de pena seguro que me hacen más caso, porque Luis y Lucia no acceden fácilmente a irse sin que haya acabado la fiesta.
-          Está bien Paulita, pero mañana me cuentas todo con pelos y señales. – Lucia cogió su bolso y el mío y se dirigió a la salida.
Al salir, hacia frio y tuve que agarrarme los brazos para no tiritar, ya que no llevaba chaqueta. Javier me coloco la suya sobre mis hombros y  me agarro de la cintura para susurrarme – Espero que lo hayas pasado bien en tu cumpleaños princesa, yo te he echado de menos. – dijo para luego soltarme. – Buenos chicos, ha sido una noche estupenda, lo he pasado genial, gracias por invitarme Lucia. El lunes me devuelves la chaqueta Paula. – Javier se despidió dándole dos besos a Lucia, un abrazo a Luis y a mí los dos besos muy cerca de la comisura de los labios.

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A la mañana siguiente me levante con un terrible dolor de cabeza. Siempre que salgo con estos dos me pasa lo mismo, me convencen para beber y beber y al día siguiente estoy como si me hubiera atropellado un camión y me digo a mi misma que no habrá próxima vez pero al final siempre consiguen que salga.
Me dirijo al baño para lavarme un poco la cara y de camino a la cocina me encuentro con Luis en el pasillo con una taza de café en sus manos. No sé cómo este tío se levanta tan fresco después de una larga noche de fiesta.
Me preparo mi taza de café bajo la atenta mirada de Luis y justo cuando voy a dar mi primer trago al café me dice:
-          ¿Qué tal anoche con “Don Misterio”? parece que lo pasaste muy bien. –
-          Deja de mirarme así, no pienso contar nada, no pasó nada, solo un bailecito y un pequeño beso, y ni siquiera me dijo su nombre. –
-          ¿NOOO? – a Luis se le abrieron los ojos como platos de golpe. – pero si parecía que os conocíais desde hace mucho. –
Esa sensación también la tuve yo, parecía como si nos conociéramos, pero es imposible, no tengo apenas amigos ya que soy bastante reservada y de mi infancia y adolescencia no tengo contacto con nadie.
Me termino mi café mientras Luis lava su taza y le digo que voy a darme una ducha. Él se pone a ver la tele Luci aun duerme, así que aprovecho y tardo un poquito más en la ducha.
Cuando el agua caliente toca mi piel, los recuerdos de anoche me acuden a la mente como flashes.
<< ¿Quién podría ser ese chico? >> Me pregunto en voz alta. << ¿Pero cómo pude hacer lo que hice? >> ¡Oh Dios mío! Jamás había hecho algo así, con ninguno de mis novios de la universidad, no suelo lanzarme a la primera como una fresca. Pero parecía como si no fuera la primera vez, como si ya hubiera hecho esto antes, algo en mi me decía que a ese chico ya lo conocía. Y esas marcas que tenía por todo el cuerpo, eran como cicatrices recientes… Unos golpes en la puerta me devolvieron a la realidad.
-          ¡¡Paula!! Vamos mujer, no tardes tanto, que me hago pis. – ésta es Lucia, directa y sincera.
-          ¡Ya voy! Ya salgo Luci, dos minutillos.-
Corto el agua, me envuelvo en una toalla y al abrir la puerta, mi amiga tira de mí, entra en el baño y cierra la puerta.

Luis nos tenía el día preparado, un sábado que pasaríamos en la calle. Nos llevó a comer al restaurante de un amigo suyo y eran todo “delicatesen”, <<con lo rara que soy yo para comer>> pero al final conseguí probar varias cosas más o menos normalitas.
Después de un café aromatizado, el mío de fresa, Luis de coco y Lucia de vainilla, nos fuimos a casa de Luis a recoger las cosas.
Deje a Lucia en su casa y me dirigí a la mía. Justo cuando estaba llegando a mi casa me entro un mensaje al móvil. << Qué se les habrá olvidado a estos dos locos. >> pensé. Aparque justo delante y antes de bajarme del coche, cogí mi móvil.
Me resulto extraño que fuese un número desconocido, aun así lo abrí para leerlo y decía:


-          “Gracias por lo de anoche Paula, me encanto volver a verte después de tanto tiempo. Me gustó mucho volver a sentirte y espero que te estés cuidando y no te traiga problemas lo que hicimos. Espero volver a verte algún día. Besos.”

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