Capitulo 16
Estoy en la estación de
Atocha y estoy bastante nerviosa por dos motivos, uno es el miedo a lo que
pueda pasar, porque nunca sabes cuándo puede ocurrir otra desgracia como la del
11M, y con la cantidad de atentados que están sucediendo en Europa, los
aeropuertos, estaciones de trenes y lugares muy concurridos no son sitios
recomendables para estar mucho tiempo en el lugar. El otro motivo es bueno,
estoy esperando que llegue el tren donde viene mi hermano, es la primera vez
que viene a Madrid y quiero enseñarle tantas cosas, que no se si nos dará tiempo
a verlo todo.
Anuncian la llegada del
tren en 5 minutos aproximadamente y me sobresalto, dándome cuenta que me estaba
mordiendo las uñas.
-
¡NANDO! – le grito
a mi hermano en cuanto lo veo, levantando la mano para que me vea de entre el gentío.
- ¡Nando, estoy aquí! –
-
¡Hola Paulita! –
viene hacia mí, suelta las maletas, me abraza y me da dos besos. – Esto es una
locura, cuanta gente hay aquí. –
-
Normal, es una estación
más grande. - me hace gracia que se sorprenda, sabe que en Madrid hay más gente
y que esta estación es la más concurrida de España. – Venga, vámonos a casa,
comamos algo y después si quieres te enseño algo. –
Una vez en mi barrio, nos
acercamos al quiosco de Aureliano a por algo de comer.
De repente se pone a
llover y a mi hermano se le quitan las ganas de salir, pero consigo convencerlo
de ir a ver una película al cine, allí estamos resguardados y al estar en el
centro comercial, podemos dar una vuelta por allí. Aprovechamos para entrar al
supermercado a comprar algunas cosillas para comer que me faltan en casa.
Escucho el sonido de mi móvil,
y no es la alarma, no se quien osa llamar a estas horas, pero descuelgo el teléfono
sin mirar la pantalla.
-
¿Si? ¿Quién es? –
-
¡Paulitaaa! Soy yo
Lucia ¿Aun durmiendo? – miro la pantalla del móvil y me quedaban 20 minutos de
sueño.
-
Si, tenía el
despertador para que me sonara dentro de veinte minutos, pero ya has sonado tu
primero. –
-
Anda mujer, por 20
minutillos de nada, levántate que la vida es para disfrutarla. –
-
Si, vale, como
digas. – mi voz sigue rasposa, y mi estómago vuelve a revolverse - ¿Quieres
algo Luci? –
-
¡SÍÍÍ! Veras, es
que mi hermano, mi cuñada y mi sobrina quieren descansar el día de hoy, para
estar al 100 % en la cabalgata, así que… ¿Puedo irme contigo para enseñarle
Madrid a tu hermano? – aunque no la vea, sé que me está poniendo ojitos y a eso
no me puedo resistir. Y la verdad que hoy no me encuentro muy bien, una ayudita
no me vendría mal.
-
Está bien Luci,
puedes venir. Dentro de media hora, cuarenta y cinco minutos estamos en tu
casa. Prepárate para un día intenso. –
-
¡¡¡SÍ!!! ¡¡SÍ!!
¡SÍ! – tengo que apartar el teléfono de la oreja si no quiero quedarme sorda. -
¡Que emoción! Gracias Paula. –
Bueno, pues es hora de
levantarse, así que me aseo y me pongo ropa cómoda y sencilla, pero abrigada,
hoy hace un frio de cojones.
-
¡Buenos días chiquitina!
– mi hermano me da un beso en la coronilla en cuanto me ve. – Que mala cara
tienes ¿no has dormido bien? –
-
Dormir, si he
dormido bien, pero tengo el estómago revuelto hace ya un par de días y no sé por
qué. ¿Qué quieres para desayunar? –
-
Un café y unas
tostadas estaría bien. –
-
Pues marchando. Yo
solo tomare un zumito, el malestar no me deja comer apenas, voy a tener que ir
al médico después de las fiestas si esto sigue así. –
Recogemos a Lucia y el
recorrido de hoy será Plaza Colon, nos haremos unas fotos en la Plaza Cibeles y
Puerta de Alcalá. Después nos vamos a comer cerca de la Puerta del Sol y allí hacemos
también algunas compritas de suvenir para mi hermano.
-
Un momento Lucia,
vamos a pedirle a alguien que nos haga una foto a los tres, que ya está bien
que siempre hagas tú las fotos. – dice Fernando y veo como Lucia se pone roja
como un tomate. Parece que le ha gustado mucho.
-
Vale, como quieras…
A ver… Eh… perdona ¿podrías hacernos una foto? – Lucia le da el móvil a una
chica que pasa por su lado.
-
Sácanos bien, que
quiero guardarme esta foto con las dos chicas más guapas de Madrid. – dice Nando,
a mí me entra la risilla floja porque sin ver a Lucia, sé que está más colorada
todavía si puede. Y eso que ella es muy lanzada, pero cuando algún chico le
gusta mucho, le entra una vergüenza tremenda. No sé cómo ha aguantado toda la
mañana hablando y hablando y colorada siempre.
-
Venga Nando,
tampoco es para tanto. – nos colocamos bien para la foto y antes de escuchar el
“clic”, mi hermano nos da un beso a cada una en la cabeza. - ¡¡Nando!! Que estropeas
la foto, colócate bien. – le digo-
La chica nos saca unas
cuantas fotos más y nos devuelve el móvil.
-
¿Cómo que no es
para tanto Paulita? Vosotras sois, por ahora, las dos chicas más guapas de
Madrid que conozco. –
-
Gracias. –
contesta Luci muy bajito.
-
Vamos a ver
hermanito, antes de conocer a Lucia decías que la odiabas y que ibas a tener
una conversación seria sobre nuestra amistad y ¿ahora es la más guapa? ¿Qué ha
pasado? – Lucia se me queda mirando con cara de asombro y luego mira a Fernando
con cejo fruncido.
-
¿Cómo es eso que
me odiabas sin conocerme? – creo que he despertado a la bestia, espero poder
calmarla, porque creo que he metido la pata.
-
No es que te
odiase, si no te conocía ¡por el amor de Dios! Pero cuando Paula me conto lo de
su cumple, no me pude creer que una amiga como tú, dejase a mi hermana sola con
un completo desconocido. Y además borracha. –
-
No la deje sola,
yo no la emborrache, bebió ella solita y el tipo ese…parecía que se conocían de
antes, que iba a saber yo que era un desconocido. – Lucia ha sacado a la
guerrera que lleva dentro, ya no siente tanta vergüenza.
-
¡¡Eh, eh, eh!! No
os peleéis ahora, nunca te dije que me dejaron sola Nandito, y no iba borracha
y además se trata de mí y soy bastante mayorcita para cuidar perfectamente de mí.
– creo que le he dejado claro las cosas a mi hermano, pensé que lo que dijo en Almería
era de broma. Nadie se mete con mi amiga. Y menos mal que no le conté todos los
detalles de aquella noche.
-
Vale hermanita, lo
siento. Eh…lo siento Lucia, cuando pensé eso de ti no te conocía y te juzgue
por lo que me conto Paula, pero al conocerte hoy, creo que eres una muy buena
amiga cuando os veo juntas y además muy guapa. –
-
Vaya…gracias
Fernando. –
-
Bueno, aclarado
todo, vamos a comprarnos unos sándwiches y cojamos un buen sitio para ver la
cabalgata. –
Estando en nuestro sitio,
Lucia llama a su familia. Desde la mini pelea de antes, he notado a mi hermano
un poco más atento con mi amiga, no sé si porque se siente mal o porque le ha
gustado mucho.
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