Capitulo 24:
- - Chicos, este bebé
nos deja verle claramente y es… porque queréis saberlo ¿no? –
- - Sí, claro, por
supuesto, ¿no Paula? –
- - Eh…sí, claro.
Veamos que tenemos aquí dentro… -
- - Pues vais a tener
un niño, un varón. Enhorabuena papás. Ahora os toca ir pensando en un nombre
para el pequeñín de la casa. –
El doctor sigue moviendo
el aparatito por mi tripa y tocando todos los botones posibles. De repente en
la pantalla que tenemos delante aparece una imagen en color anaranjado. Y se ve
claramente una cara por ahí, ¡¡ainss!! Que me empiezo a emocionar, ese es mi
bebe, mi niño…se me empañan los ojos y siento como Carlos agarra mi mano y la
besa. Lo miro por un instante a él y también tiene los ojos brillosos. Yo dejo
escapar mis lágrimas.
El medico nos
explica que esta es la ecografía 4D, y que nos grabara un DVD de recuerdo. Es
tan impresionante la tecnología. Nuestro niño tiene un piececito en la cara,
que contorsionista y una mano por encima de la cabeza.
Sigue mostrándonos
las imágenes un poco más. Después retira el aparato de mi barriga, apaga la máquina
y saca un Cd o DVD de ella. Me da un buen trozo de papel para que me limpie los
restos de gel y nos pide que cuando acabemos, vayamos a la otra consulta.
Una vez allí, nos
entrega unos papeles, las “fotos” que nos prometió y el Cd. Nos dice que todo está
bien, que siga con mi vida normal y disfrute de los buenos momentos que me
otorga el embarazo. Nos da la cita para dentro de cuatro semanas, quiere
revisarme cada mes. Carlos y yo nos despedimos del doctor Mario Fernández y nos
marchamos a su casa.
Al llegar, como
cada tarde llevamos haciendo desde el fin de semana pasado, me ducho con él
para aliviar un poco su dolor, aunque hoy dice que la alegría y la emoción de
ver a su hijo, hacen que no le duela tanto las marcas.
Al día siguiente
le mando un mensaje a mi madre con la foto de la ecografía y le digo que es un
niño y a mi hermano hago lo mismo. Los dos se alegran mucho, y mi madre me
llama porque mi abuela quería hablar conmigo.
- - ¡Hola cariño! Ya
me ha contado tu madre, ainss mi niña va a tener un niño, un niño precioso como
su madre, seguro. Enhorabuena Paula. –
- - ¡Hola abuela! Si,
un niño. Carlos y yo estamos muy emocionados. –
- - Pero estáis juntos
¿no cariño? Porque si no es así, como va a crecer ese niño, que clase de
ejemplo queréis darle. – mi abuela está un poco anticuada en algunos aspectos,
y según ella la pareja tiene que estar unida, lo que para ella realmente es
casada, aunque se ha ido acostumbrando a que las parejas tengan hijos sin
casarse.
- - No abuela, no
somos novios ni vamos a casarnos. Solo vivimos juntos por ahora, para que yo no
este sola cuando necesite ayuda. Sé que es difícil de entender para ti, pero en
el siglo XXI hay madres solteras y padres solteros que viven solos con sus
hijos. –
A Lucia le enseñe la
“foto” cuando la recogimos con el coche y casi nos deja sordos del grito que
pego.
- - ¡¡AAAAHHHHH!! Una
pichorra, vais a tener una pichorra. –
- - Si Lucia, nos lo
dejo bien clarito el medico ayer. –
- - ¿Y habéis pensado
ya algún nombre? Y si lo bautizáis… ¿Quién será la madrina? –
- - No te adelantes
Lucia – le digo – aún no hemos pensado en ningún nombre, supongo que lo
pensaremos y hablaremos este fin de semana ¿no Carlos? –
- - Si supongo, aunque
el sábado estaré de reuniones casi todo el día, nos veremos ya por la
tarde-noche. Pero el domingo soy todo tuyo. –
Me hace gracia lo que
dice Carlos y Lucia y yo empezamos a reírnos. Carlos al escucharnos se ríe con
nosotras.
He decidido que hoy no
voy a decir nada aun del embarazo en el trabajo, pero el lunes sin falta se lo
comunicare a Javier, para que se lo diga a sus superiores y le llegara la
noticia también a Carlos. De eso ya hablamos y no habrá problema en que yo siga
trabajando hasta que el embarazo me permita y después me darán la baja por
embarazo por parte del seguro médico hasta que dé a luz. De eso se encargará
Carlos de avisarlo. Creo que ese también fue el motivo por el cual me han
encargado este trabajo con su sangre, porque así no toco ningún compuesto
toxico.
El sábado quedo con
Lucia, sabiendo que Carlos no estará en casa en todo el día, Lucia me dijo de
ir con ella de compras y que me llevara a una tienda de cosas de bebe, dice que
ya debería ir mirando cositas, aunque aún no compre nada. Sinceramente,
prefiero esperar a la mitad del embarazo, leí por internet que hasta las 20
semanas puede haber riesgo de aborto. No pienso en eso, pero tampoco quiero
comprar nada aún.
Como vamos a un centro
comercial, le digo a Lucia de ir a alguna tienda de ropa donde vendan ropa
premamá, la mía empieza a quedarme muy apretada, incluso hay faldas y vestidos
que no puedo ponerme porque me aprietan por la barriga y ésta se marca más de
la cuenta. Entramos en una tienda y le preguntamos a la dependienta.
- - Esto lo veo muy
grande Lucia ¿seguro que me estará bien? Y ¿crees que es bonito? No quiero
parecer una mesa camilla como la de mi abuela. –
- - Hoy en día hacen
la ropa premamá moderna, para que podáis vestiros como lo hacéis normalmente.
Esa camiseta es demasiado llamativa para mi gusto, yo miraría camisas y
blusones, que puedas llevar con pantalones negros o vaqueros y poder ir
arreglada pero cómoda. Voy a mirar por aquí… -
La verdad que Lucia tiene
razón, esta camiseta amarillo limón es demasiado llamativa. Decido hacerle caso
a mi amiga, ella es más experta que yo en moda y por eso me gusta venir a
comprar con ella, siempre sabe lo que me queda bien.
Después de probarme un
par de pantalones y algunas camisas, me compro un buen cargamento para poder
salir e ir a trabajar. Ataviadas vamos llenas de bolsas cuando decidimos que es
mejor para para comer. Llevamos las bolsas al coche y volvemos para elegir un
restaurante.
- - Espero que no te
importe… - me dice Lucia y prosigue – pero he invitado a Luis para comer. Dice
que hace tiempo que no te ve, con tus citas médicas y sus turnos del trabajo en
los que no ha podido comer con nosotras…te echa de menos Paula. –
- - Claro que no me
importa tonta. Yo también lo echo un poco de menos, es cierto que en esta
semana no nos hemos visto ni hablado. –
Cuando estamos en la
puerta del restaurante esperando oigo una voz un tanto chillona.
-
- - ¡¿Dónde está mi
preciosa “gordita”?! – grita Luis. Al
llegar a nosotras me da un abrazo un tanto largo y después un piquito en los
labios. – Estas más guapa que nunca. El embarazo te sienta genial. - ¡Hola Lucia!
Gracias por invitarme. –
- - De nada Luis, ya
tocaba tarde de chicas ¿no? Y hoy será el día, además después de comer vamos a
ir a ver cosas para él bebe… -
- - Si Luis. Por
cierto, a ti no te he podido decir nada aún.
– saco la “foto” de mi bolso y se la enseño. Éste se emociona y empieza
a saltar y a gritar. Cuando se calma yo continuo – Y será niño. Ya me lo han
confirmado. –
- - Que alegría más
grande Paula, un muchachote. –
Entramos al restaurante y
nos sentamos en una mesa libre. El camarero nos trae la carta y al irse no
puedo creer lo que veo, Luis se le queda mirando el culo hasta que desaparece.
Cuando vuelve la vista a nosotras y nos pregunta por qué nos reímos.
- - Te gusta el
camarero ¿eh? – le dice Lucia. – Pues si quieres, cuando vuelva te lo presento…
-
- - Nenitas, ese tío
tiene un culazo de infarto, ¿pero lo habéis mirado bien? – nos dice Luis y su
cara parece el emogi de los ojos con forma de corazón.
- - Si Luis, no está
nada mal, pero eres un descarado, menos mal que estaba de espaldas. –
Seguimos hablando un poco
más del camarero, preguntándonos y apostando si será gay o no hasta que aparece
de nuevo con una libretita para apuntar la comanda. Le pedimos lo que queremos
cada uno y antes de irse
- - ¡¡Oye guapo!! Tu
nombre es… - el camarero se gira al escuchar a Lucia y le dice que llama Julián
– yo soy Lucia y estos son mis amigos Luis y Paula. Uno de ellos dice que
tienes muy buen culo. – le dice la descarada de mi amiga. Julián nos mira a
Luis y a mí, y yo me rio de la ocurrencia de Lucia, pero noto como el camarero
sonríe y cuando miro a Luis esta rojo como un tomate. El camarero nos dice que
ahora mismo nos trae lo que hemos pedido.
- - ¡PERO TU ESTAS
LOCA! ¿Cómo le has dicho eso? – le dice Luis tapándose la cara. Con lo lanzado
que es a veces…aunque pensándolo bien, solo es lanzado cuando se trata de los
demás, cuando es de él de quien hablamos siempre ha sido más cortado.
- - ¿Has visto cómo te
ha mirado? Y ¿Cómo te ha sonreído? Ese es gay que te lo digo yo, y parece que
tu no le haces ascos. ¿Quieres que le pida su teléfono? – los miro a los
sonriendo, hacía ya un tiempo que no estábamos juntos y estos buenos ratos me
encantan.
- - Si, si, pídeselo.
Que le debo una a Luis… - les digo y como esperaba Luis me fulmina con la
mirada.
- - Porque estas
embarazada y te quiero mucho Paula, pero como Lucia te haga caso, me las vas a
pagar. – me rio, que rápido se olvida Luis de lo que me hizo a mí.
- - Perdona Luis, pero
debo recordarte que tú me empujaste literalmente contra “ojitos verdes” la
noche de mi cumple. Así que esto te lo debía. – le digo sin parar de sonreír.
Luis nos fulmina a las
dos. Cambiamos de tema y cuando vuelve el camarero con nuestros platos se hace
el silencio. Julián le sonríe de nuevo a Luis y no da buen provecho de la
comida. Miro a Lucia para decirle con la mirada que deje el temita con Luis y
ella me entiende. Cogemos nuestros cubiertos dispuestos a empezar con nuestra
comida.
- - Pero… ¿y esto que
es? – nos dice Luis sacando un trozo de papel de debajo de su plato. Lo abre y
lo mira. – No-puede-ser – remarca cada palabra que dice. - ¡¡Me ha dado su teléfono!!
– nos dice Luis emocionado.
- - ¿Lo ves tontorrón?
– se mofa Lucia. – Al final sales tu ganando. Lo llamaras ¿no? Aunque sea para
conoceros un poco. –
- - Puede ser… - le
contesta Luis haciéndose el interesado.
Los tres nos reímos de la
cara que pone Luis, y sin quererlo, miro en dirección a la barra del
restaurante donde esta Julián, que nos mira atentamente sonriendo como un bobalicón.
Para que no piense mal de nuestra risa, le guiño un ojo, haciéndole saber que
Luis seguramente le llame.
Cuando terminamos
de comer y de tomarnos un café, al cual se nos une un ratito Julián, que, por
cierto, parece un tío muy simpático, porque acaba su turno, nos vamos a la
tienda de bebes, donde miramos las cunas, carros, bolsos, bañeras, etc. Hay de
todo. No soy de las que catalogan los colores de niño o de niña, así que me
fijo en todas las gamas de colores. Me encanta todo lo que veo y chica
dependienta es muy amable con nosotros. Lucia y Luis se empeñan en comprarme un
bolso para el carro, muy mono, de color rojo charol con un muñequito pirata en
la solapa. Es de la marca TUC TUC tienen toda clase de elementos de esa línea del
pirata. Yo no estoy muy convencida, pero ellos se empeñan tanto que al final
accedo.
Paseamos de nuevo por
las tiendas para que Luis mire algo que comprarse de ropa.
En un momento
dado, suena mi móvil, lo cojo y miro quien me llama, sorprendiéndome que sean
ya más de las siete de la tarde. Es Carlos quien me llama.
- - Buenas, dime. –
- - ¿Dónde estás Paula?
¿Estás bien? – noto preocupación en su voz.
- - Estoy bien Carlos,
aún sigo en el centro comercial con Luis y Lucia. Se nos ha ido el santo al
cielo comprando y como aquí dentro no sabemos si es de día o de noche… pero
pronto voy a tu casa. ¿Tu estas bien? –
- - Menos mal que
estas bien. Me asuste al llegar y ver que no estabas. Yo estoy bien, aunque hoy
no he tenido el alivio de otros días… -
- - Ainss, perdóname Carlos,
ni acordarme, lo siento, lo siento. –
- - No pasa nada
Paula, con que te lo hayas pasado bien, me vale. No pretendo que me esperes
todos los días para la ducha. Tienes tu vida y tus amigos. –
- - Vale…vale. Pero espérame
para cenar, llego en un ratito. – sonrío y sé que Carlos también me está
sonriendo a mí a pesar que no lo veo.
Cuando Lucia y
Luis salen de la tienda, me preguntan dónde he ido y les cuento que me ha
llamado Carlos y la hora que es. Luis se despide de nosotras diciéndonos que lo
más seguro es que llame a Julián ahora, para quedar esta noche con él en algún pub.
Dejo a Lucia en su
casa y después me dirijo a casa de Carlos. Paso primero por mi casa, para coger
algunos libros que leer y algunas cosillas más y verificar que todo está en
orden.
Cuando salgo de mi
casa con unas cuantas bolsas, las estoy metiendo en mi coche cuando escucho a
mis espaldas.
- - ¡Buenas noches
Paulita! Y tu enamorado ¿Dónde está? -
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