Capitulo 25
Reconozco esa voz cuando
la escucho, y no sé por qué esta aquí, en la puerta de mi casa.
- - ¿Qué haces aquí
Javier? –
- - Solo quería ver
con quien te estás viendo. Creía que entre tú y yo estaba empezando a haber
algo de química, nos lo pasamos bien juntos
- - Pues no está aquí,
solo he venido a mi casa a por algunas cosas. Me voy ahora con él. –
- - Paula… ¿no hay
posibilidad de que me des una oportunidad? Te he esperado, te he estado
esperando todo este tiempo, pero… -
- - ¿Por qué me has
esperado? – le corto – te dije que el sábado estaría ocupada y que lo más
seguro es que quedaría con alguien. –
- - ¿Hoy? No, no…me
refiero a que he esperado más de un año a que me dieras una oportunidad, estoy
enamorado de ti ¿es que no lo sabes? Me gustas Paula, me gustas mucho. –
- - Lo siento Javier,
de verdad, pero no siento lo mismo por ti, creo que te lo he ido dejando claro
en cada momento, pero veo que no ha sido así. Algo me intuía que yo te gustaba,
por eso nunca quería quedar contigo, no quería darte falsas esperanzas. Eres un
gran chico, guapo y simpático, pero yo no soy para ti, tu chica esta por ahí,
en algún lugar… -
Javi se acerca a mí, está
demasiado cerca y siento un poco de miedo, estando sola y en mi estado…y él
parece estar muy decepcionado, despechado, no sé cómo puede reaccionar ahora
mismo. Empieza a sonar mi móvil y al mirar la pantalla veo que es Carlos, ya
debería estar en su casa. Le hago un gesto a Javier con la mano para que espere
ya que pienso cogerlo.
- - ¿Dónde estás
Paula? ¿Estás bien? – Carlos se preocupa demasiado, aunque poniéndome en su
lugar es algo normal.
- - Perdona la
tardanza, pero al dejar a Lucia he decidido pasar por mi casa para coger
algunas cosas y ver que todo está bien. –
- - Podíamos haber ido
mañana, no tenías que ir esta noche y tu sola. ¿Tardaras mucho más? –
- - ¿Quién es ese? ¿Es
tu enamorado? – abro los ojos como platos al escuchar a Javi y le vuelvo a
hacer un gesto con la mano para que se calle.
- - ¿Con quién estas
Paula? – ahora es Carlos el que me pregunta.
- - Me he encontrado
con Javier, mi jefe, en la puerta de mi casa. Pero él ya se iba y yo también. –
le digo.
Me despido de Carlos y
cuelgo, aunque sé que no se ha quedado muy conforme. Miro a Javi para decirle algo,
pero él tiene una mirada dura, tan dura, que, si las miradas matasen, yo ya
estaría…bueno yo no, Carlos. Intento despedirme de Javier, abriendo la puerta
de mi coche y soltando las bolsas que he cogido y al incorporarme, Javi cierra
de golpe la puerta, pone las manos a cada lado de mi cabeza y pega su cuerpo al
mío para retenerme.
- - Javi, por favor,
ya te he dejado todo claro, no sigas así, por favor. –
- - No me voy a rendir
nunca Paula, hasta que te consiga. Me puedes decir mil veces NO que yo siempre iré
a por ti. –
Javi ha dicho lo último
mirándome los labios y al terminar me besa. Me resisto, no quiero esto, no así,
no con él. Sigo resistiéndome, pero me agarra de la nuca y de un brazo. Consigo
levantar una rodilla y darle en sus partes, lo suficientemente fuerte para que
se aparte, ya que no le pude dar muy fuerte.
- - Javi olvídalo, olvídame.
No vuelvas a hacer eso, así solo conseguirás que te odie. –
- - Pero yo te quiero
Paula – no lo puedo creer, Javier está a punto de llorar – dame una
oportunidad, por favor. –
Escuchamos de repente un
frenazo y los dos miramos en dirección al coche que acaba de parar y vemos con
sorpresa que es Carlos (yo sé que es Carlos, espero que Javi no lo sepa).
- - Tu…tu eres el tío
de la noche del cumpleaños de Paula… - me asombro cuando Javi se acuerda de
eso, lo que quiere decir que no sabe quién es en realidad. – Tu eres quien me
ha quitado a MI Paula. –
- - ¿TU Paula? Creo
que ella no es de nadie, es libre y puede estar con quien quiera. No es tuya,
pero si, ahora está conmigo. Así que ya te estas largando de aquí si no quieres
problemas. –
- - Lárgate tu tío, yo
estaba aquí primero. – vuelvo a estar atrapada entre los brazos de Javier. Me tiene
arrinconada contra mi coche.
- - Javi ya lo hemos
hablado, olvídame, sigue con tu vida. Yo solo puedo ser tu amiga, nada más. – le
digo en un último intento para que se separe de mí.
- - Nunca aceptare un
NO por respuesta Paula. – intenta besarme de nuevo, pero veo como Carlos se le
echa encima, lo tira al suelo y comienza a darle puñetazos en la cara. Nunca había
visto esta faceta de Carlos.
Salgo pronto del shock
horrorizada por la escena que ocurre delante de mis narices.
- - Car…cielo no, para
por favor, ¡¡para ya!! – le grito a Carlos, casi digo su nombre. – Por favor
parad, me estáis poniendo nerviosa y eso es malo para el bebé. –
Carlos deja de golpear a
Javier y veo que uno tiene sangre en su puño y el otro en su cara y al ver
tanta sangre de esa manera empiezan a flaquearme las fuerzas y estoy mareándome.
A pesar de trabajar en un laboratorio y con sangre, verla en pequeñas
cantidades y en tabletas no me afecta como verla salir de mi vena y de una
herida grande. Sentada estoy en la acera cuando Carlos se acerca a mí.
- - ¿Te encuentras
bien Paula? ¿Quieres que vayamos al médico? –
- - Estoy bien, ha sido
una mezcla de mis nervios, bajada de tensión y ver esa sangre…solo me he
mareado un poco. –
- - ¿Has dicho bebé? Eso
quiere decir que estas… ¿embarazada? – se le puede ver la cara de sorpresa de
Javier a pesar de la sangre que tiene.
- - Si Javi, estoy
embarazada, de tres meses y el niño es suyo. – digo con pesar.
Carlos me dice en ese
momento de confusión que me suba en mi coche y me vaya a su casa, y yo hago lo
que me dice, así podre deshacerme de Javi. Veo desde dentro de mi coche, como
Carlos le dice algo a Javier, se sube a su coche y nos vamos.
Una vez en su casa,
Carlos me coge y sin decirme nada me besa, pero un beso cualquiera, ese beso
sabe a preocupación, a desesperación, a echarme de menos hoy. Nos besamos, con pasión
subiendo de intensidad el beso. Empezamos a movernos mientras que nuestras
ropas comienzan a desaparecer. Por la cercanía del trayecto sé que vamos al salón,
más directamente al sofá. Cuando llegamos a él, no tenemos nada ropa y Carlos para
el beso, solo para sentarse y sentarme a mí a horcajadas. Volvemos a besarnos y
con una de mis manos cojo su miembro y lo introduzco dentro de mi despacio y
empiezo a moverme. Carlos sujeta mi trasero con sus manos y acelera el ritmo. Estamos
tan excitados por lo que ha pasado que llegamos pronto al orgasmo los dos
juntos.
El lunes, al llegar al
laboratorio notamos Lucia y yo que Javi no está y ella me pregunta a mí el por
qué. Le contesto que no se, que se habrá pedido el día libre. Aun no le he
contado nada del suceso que tuvimos el sábado, pero sé que tarde o temprano tendré
que contárselo.
Pasadas unas horas de la
mañana me llaman de dirección. El chico encargado de venir a buscarme me guía por
los pasillos y las escaleras hasta el piso de arriba donde están los despachos.
Me hace pasar a uno donde hay un escritorio, unos cuantos sillones y una estantería
grande con muchos libros en los que se diferencian algunos de medicina y otros
de química. No hay nadie, y el chico me dice que espere. Decido sentarme a
esperar, estar de pie me pone nerviosa. A los dos minutos (o eso creo yo,
estando así pierdo la noción del tiempo) se abre la puerta.
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